lunes, 14 de abril de 2014

¿Eres de los que lee sin gafas?

Tengo un amigo de los que como yo y como muchos, necesitamos gafas para corregir nuestros problemas de visión, pero Manolo que así se llama este amigo, se las quita para leer. Dice que le gusta leer sin gafas. Misterios de la vida, pero así es. Le cuesta más tiempo leer sin gafas que con ellas, pero dice que con eso se concentra más en la lectura y menos en otras cosas, y puede que hasta lleve razón por más que yo prefiera seguir leyendo con mis gafas. Me costó su tiempo adaptarme a ellas, pero ahora ya con gafas para todo excepto para dormir.

La verdad es que lo que hace mi amigo Manolo tiene truco, pues le han relado un tablet con una de las promociones y el tablet ha configurado el tamaño de letra como enorme. Y no es que se vean las letras más grandes, sino que se pueden leer incluso desde una distancia considerable. Incluso le digo de broma, que si se comprara un tablet un poco más grande, lo podría utilizar como pizarra. El caso es que lo entiendo, porque a mi a veces se me olvidan las gafas y me doy cuenta al cabo del tiempo que no las llevo, y ahora ponte a buscar donde las habré dejado, que las gafas no son como el móvil al que puedes llamar desde otro móvil para ver donde lo he puesto, o si lo he dejado en algún sitio alguien me conteste para decirme donde lo he dejado. Ventaja de tener no muchas dioptrías, que a otras personas eso seguro que no les pasa porque simplemente, no ven nada sin gafas.

Luego está el caso de la presbicia vista cansada, que quienes se empeñan en de momento no usar gafas, las suelen suplir con una especie de lupa de bolsillo con un gancho para las llaves que venden en el chino del barrio. Es un remedio temporal, pues al cabo del tiempo ya tienen que usar gafas. Bienvenidos al club.

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